Acabo de ir a comprar unos cds al Líder de El Belloto y me encontré a boca de jarro con unas carpas que tenían un letrero que dice: HUELGA DE HAMBRE. Pensar que vivo a unos 500 metros del lugar y recién ahora me vengo a enterar.
Me dio pena, porque es un movimiento condenado al fracaso. Conocí a sus direrigentes, a los cuales facilité todo mi apoyo, pero lo rechazaron por su estúpido orgullo. Ahora comprendo a cabalidad que es el peor de todos los defectos. No existe el 'sano' orgullo. Es la cuarta puerta de ingreso al lado oscuro.
Peor aún si, pasos más adelantes, encuentro otro letrero más grande aún donde dice que el gerente del local es un ex militar, retirado por graves abusos contra sus subalternos.
¿En qué pensaban al declararle la guerra a un profesional de ella?Lo único que digo es que los conozco demasiado bien y no saldrán con vida de esta. Así que no vengan a llorar que los despidieron y ya no puedan encontrar pega en ninguna parte.
¿Es necesario decir que 'selos advertí'?Lo más curioso yparadójico, como es nuestra Maestra, había una chica en el cruce de unas calles, haciendo malabarismo con fuego. Sus movimientos eran más bien simples, pero los hacía con tal gracia que me conmovió el corazón hasta sentirme mal, por de no tener dinero para obsequiarle. Los Cds resultaron más caros de lo que esperé.
En eso recuerdo que justo había sacado unos huevitos de chocolate que me había regalado mi esposa, para ir comiendo en el camino, ya que es un buen trecho y me ponía nerioso la idea de encontrarme con la amiga dirigenta del sindicato, la que sin dudar se acercaría a mí para exigirme explicaciones por esta 'traición'. La cual no existe, ya que ella misma quedó de llamarme si votaban ir a huelga, como no me llamó, quedó demasiado claro el mensaje de que no me quería cerca, por lo tanto, como nunca fue mi batalla, sólo me unía a ella mi compromiso de amigo, el cual, al ser roto, no me ata a esa derrota anunciada.
Me desvié, el asunto es que estaba al otro lado del troncal, por lo que tuve que esperar la luz verde y crucé la calle. Ella estaba con una cara de tedio que revelaba lo poco que consiguió en el día, que ya se iba y le deposito un huevito de chocolate en el estuche done tenía sus monedas. Se alegró mucho y me dio las gracias que yo debí darle por arrebatar le tristeza que sentía y cambiarla por su grácil belleza.
Meditando en ella y cómo nuestra Maestra nos presenta dos acontecimientos tan distintos y contrapuestos, recordé a mi maestro, el cual decía: Todo es Uno. En honor a él y la malabarista de fuego, se me ocurrió el siguiente piropo:
Todos los días deberían ser tu cumpleaños,
porque tu existencia cotidiana,
es el mejor regalo que haya recibido
este triste planeta.
Tratando de ser fiel al principio de la ignorancia de la mano derecha, ni siquiera volví el rostro para ver su sonrisa, ni preguntarle su nombre. Tal vez, para ella sea el hombre del sombrero ó, como me gritan en la calle: Tierra Adentro.
1 comentario:
buen relato. Acá en este país cualquier huelga va directo al fracaso, pues las leyes no favorecen a los trabajadores.
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