viernes, diciembre 07, 2007

Mago Lunar Blanco se Encuentra con Cresta de Garuda de Hierro Negro.


“Y nosotros lo enviamos en una misión a 100,000 hombres o más.
“Y ellos creyeron, así que les permitimos gozar de su vida por un rato.”
- Corán, Sura 37: 147-148


En una fina tarde en una tierra distante, Mago Lunar Blanco se sentó sobre una roca a meditar. El temprano Sol de primavera trajo un leve calor a sus mejillas, y una ligera brisa agitó alborotó su barba, blanca ahora como la nieve del último invierno. Él continuó con su respiración tummo, catalizando la luz-calor desde adentro, hasta que sus venas y canales neurales estuvieron latiendo con un radiante brillo interno. Luego él hizo una pausa para aclarar su mente y recibir el impulso telepático del momento.
Mientras retenía su aliento, sintonizando la periferia subliminal de su lúcida conciencia, una sombra cayó sobre sus ojos. Exhalando lentamente a través de sus labios ligeramente separados, mientras extraía la impresión telepática, él miró. Allí ante él estaba un extraño ser, o así pensó.
Dos fuertes piernas, con pies como de halcón gigante, una capa magníficamente emplumada, o así parecía, y una cara muy interesante, siendo la característica más prominente una nariz que ni siquiera se parecía al pico de un ave fantástica. Unos ojos profundos, destellando fieramente, y con una salvaje mirada clavada bajo una gran cabeza de hierro negro. Era Cresta de Garuda de Hierro Negro, o por lo menos su doble proyectado, inmenso, sobresaliente y maravilloso.
Mago Lunar Blanco estaba muy complacido del encuentro, y con un vigoroso “¡Hey, hola!” se paró sobre sus pies. Aun así, él tenía que mirar comoquiera hacia arriba para tener una buena vista del gran ser que lo encaraba ahora. “¿Y qué pudiera ser lo que te trae fuera del Anillo Solar, Gran Señor del Tiempo?”, preguntó Mago Lunar Blanco, entrecerrando sus ojos para tener una mejor visión de esta maravillosa criatura.
Cuando abrió su aparato en forma de pico para hablar, salieron unos fuertes sonidos, rugientes y presurosos, casi melodiosos, aunque también fieros y gruñentes. Al mismo tiempo, en su mente, Mago Lunar Blanco recibió el más asombroso mensaje telepático:
“Estoy proyectando esta forma para ti de acuerdo a tu capacidad para percibir, ¡oh Mago! Porque si tú pudieras verme verdaderamente en mi esencia, difícilmente podrías ser capaz de soportarlo. Sería como recibir una descarga eléctrica de varios millones de voltios. Pero vengo a ti con un mensaje del Consejo de los Nueve de Sirio.
“Como sabes, siendo un portador del conocimiento siriano del tiempo, tú tienes una gran responsabilidad. Tú te apareces, por supuesto, cada 52 años. Esto es por qué tu responsabilidad es aun mayor, y en esta aparición, estás encomendado con un profundo deber. Debes empezar ahora a preparar el Heptágono de la Mente Interno, para que cuando ese tiempo llegue, una vez que arribe tu hermano, Mago Rítmico Blanco, esté todo listo para que él empiece a reunir los 144,000 y sus semillas remanentes, en dondequiera que puedan estar.”
“¿Y cómo lo voy a hacer?”, Mago Lunar Blanco podía oír su voz a lo lejos.
Una vez más, vinieron de Cresta de Garuda de Hierro Negro unas extrañas, casi terroríficas, aunque hipnóticas declaraciones. Simultáneamente la suave y melodiosa voz telepática continuó su mensaje en la mente de Mago Lunar Blanco.
“Debes entrar en la meditación del cubo. Debes construir el cubo de seis, el cubo 216, y colocarlo alrededor de la Tierra. El Samadhi del cubo es requerido de ti. Después de cada día 28, habrás de renovar el cubo, y habrás de reunir contigo a tantos como puedas para mantener el Samadhi del cubo. Esta es la única forma en que podemos mantener a la Tierra en su marco espaciotemporal sin que se rompa en pedazos. Una vez que hayas mantenido esto en su lugar, permanecerá, permitiendo que cada cubo sucesivo de cada año sucesivo sea construido adentro del cubo maestro del seis.
“Esto es llamado cubicando el desafío. Porque ahora la confusión y la ignorancia están incrementándose rápidamente, el cambio climático está fuera de control, y el potencial para la destrucción absoluta es tan grande, que sólo mediante estos medios invisibles podremos mantener a Velatropa 24.3 en su lugar hasta el cierre del ciclo.
El calmo y firme Samadhi que mantengas en este proceso es absolutamente esencial, porque con cada cubo sucesivo para los siguientes cuatro años, la locura y conflicto interno se incrementarán, provocando más y más actos de insania. Con cada cubo habrá menos espaciotiempo para que más gente elabore los niveles aun mayores de confusión, hasta que ese sistema se colapse. Y cuando lo haga, todos estaremos felices de que hayas establecido el cubo maestro porque estará todavía allí, manteniendo en su lugar a la matriz espaciotemporal de este planeta. Luego, cuando pasemos a través del ojo de la aguja, ahí estará para lanzar la matriz original desde el núcleo solar a la noosfera, ¡originando una nueva raza una vez más!”
“¡Sí señor!”, gritó fuertemente Mago Lunar, deseoso de cumplir su desafío. Tan pronto como sus palabras salieron de su boca, la aparición de Cresta de Garuda de Hierro Negro empezó a disolverse. Todavía flotando, pero totalmente transparente ahora, Cresta de Garuda de Hierro Negro hizo una declaración más, antes de desaparecer completamente:
“Llámalo Cubicando el desafío, oh noble Mago. ¡Sé como un imán! Atrae hacia ti a los otros que ayudarán a mantener la meditación del cubo 216 alrededor de V.24.3, cuando ellos puedan.”
Escalando de nuevo la colina, moteada de flores de la temprana primavera, Mago Lunar Blanco regresó a su cueva. En unos cuantos momentos él había tomado su posición de meditación. Con una intensa y lúcida concentración, visualizó cuidadosamente al planeta en su órbita, y proyectó el cubo 216 alrededor de él, un fino, casi invisible pero ligeramente brillante cubo de proporciones monumentales que mantenía junta la matriz espaciotemporal del planeta fortificado. En el centro del cubo, manteniéndolo constante, él visualizó el planeta como un electrón solar rotando velozmente sobre su eje a medida que orbitaba su estrella nuclear.
Al mismo tiempo, mediante su capacidad multidimensional, él empezó a enviar unas corrientes continuas de ondas mentales magnéticas, sabiendo que algunas de ellas alcanzarían a unos blancos receptivos. Una dejaría una marca en los campos. Otras entrarían en los receptores telepáticos de seres selectos. Pronto, él no estaría solo en cubicar el desafío. La partícula de Dios del electrón solar estaba en camino de convertirse en un plenamente consciente Elemento del Gran Plan.



“De acuerdo con el Programa de Progreso final, el canal de cada quien está abierto en su planeta (en acuerdo con sus niveles de conciencia), ya sea directamente o mediante intuiciones, y todavía están siendo abiertos.”

El Libro del Conocimiento, p. 392

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