Estaba sentada en la piedra de la entrada,
esperando.
Viendo pasar los astros, los sueños,
el Tiempo.
Siempre inquieta.
¡Cuanto sufrimiento!
Tonta de mí,
¿le importa a alguien cómo olisqueo el aire?,
¿cuándo atisbo los cielos?,
¿las huellas que persigo?,
¿las miles de inmersiones, por una señal?...
¡Maldita esperanza, haciendo creer lo que no es!
Con razón fue la última en la caja de Pandora.
Siempre lenta, atrasada, mal intencionada.
Creyendo en ella, esperé...
Llegó el Miedo y me mató.
(Esperanza y Temor son mellizos
como los tajadores de Nip Tuck)
viernes, julio 06, 2007
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