sábado, julio 07, 2007

२५-०७-2007

La Experiencia Absoluta.

Entonces viene el tercer tipo de mente en la que la duda ha desaparecido, simplemente, la creencia también. Y cuando la duda desaparece, la creencia también se va. La fe no es creencia, es amor. La fe no es creencia, porque es total, no hay ninguna duda en ella, así que ¿cómo puedes creer? Fe no es una intelectualización en absoluto, no se está en pro ni en contra. No es ni esto ni aquello. Fe es una profunda confianza, es Amor. Tu no tienes que dar razones para esto, simplemente es así. ¿Qué se puede hacer?
No te formes una creencia en contra de la fe. Simplemente sé indiferente a ambas: duda y creencia, y dirige tus energías hacia el Amor, más y más. Ama incondicionalmente. No sólo me ames a mí, pues esto no es posible. Si amas, simplemente ama más. Simplemente vive lleno de amor, no sólo hacia el Maestro, sino hacia todo lo que existe a tu alrededor: los árboles, las piedras, el cielo, la tierra. Que tú, tu ser y la propia ausencia de tu ser se vuelvan un fenómeno amoroso. Entonces la confianza nace. Y sólo en tal confianza puede ofrecerse una dadiva como la canción de Mahamudra.
Cuando te vuelvas tú el más profundo valle de receptividad, entonces las más altas cumbres de la conciencia pueden serte ofrendadas. Sólo un valle puede recibir una cumbre. El discípulo debe ser absolutamente femenino, receptivo: como una matriz. Cuando Naropa estuvo listo, Tilopa le ofreció esta dádiva. Solamente entonces un fenómeno tal como el que va a suceder en esta canción, sucede.

Tilopa es el Maestro, Naropa es el discípulo. Y Tilopa dice:
Mahamudra está más allá de todas las palabras y los símbolos.
Pero para ti, Naropa, leal y sincero, debe esto decirse...

Está más allá de toda palabra y todo símbolo, entonces, ¿cómo puede decirse? ¿Hay algún modo entonces? Sí, hay un modo: si un Naropa existe, existe un modo. Si realmente hay un discípulo que la forma pueda encontrar. Si el discípulo es tan receptivo que no tiene opinión propia –no juzga si esto está bien o mal- ha rendido su mente al Maestro; es simplemente un vacío, listo a aceptar lo que le es dado incondicionalmente, entonces las palabras y los símbolos no son necesarios y algo le puede ser entregado. Si tú puedes entender entre líneas, oír entre las palabras, las palabras son sólo un pretexto. Lo verdadero se encuentra al lado de las palabras.
Las palabras no son más que un truco, un artificio. Lo verdadero sigue a las palabras como una sombra. Si eres demasiado intelectual escucharas las palabras, pero entonces eso no puede comunicarse. Más si tu mente no entra para nada, entonces las sombras tenues que siguen a las palabras –extremadamente tenues, sólo el corazón puede verlas, vibraciones invisibles de la consciencia- entonces la comunicación es inmediatamente posible.

Dice Tilopa:
...pero para ti, Naropa, leal y sincero debe esto decirse...

Eso que no puede ser dicho, debe decirse para un discípulo. Eso que es absolutamente invisible, debe hacerse visible para el discípulo. Depende no sólo del Maestro, aún más depende del discípulo.
Tilopa fue afortunado en encontrar a Naropa. Han existido algunos Maestros infortunados que nunca pudieron encontrar un discípulo como Naropa. Así es que aquello que garrón desapareció con ellos, pues no hubo nadie que lo recibiera. Algunas veces los Maestros han viajado miles de millas para encontrar un discípulo. Tilopa mismo tuvo que ir del a India hasta el Tíbet para encontrar a Naropa, un discípulo. Tilopa recorrió toda la India sin encontrar un hombre de tal calidad que fuera capaz de absorberlo, de renacer debido a él. Y una vez que la dadiva fue recibida por Naropa, él fue totalmente trasformado. Entonces se sabe que Tilopa dijo a Naropa: “Ahora ve y encuentra tu propio Naropa”.
Naropa fue también afortunado es ese sentido, encontró un discípulo cuyo nombre era Marpa. Marpa también fue muy afortunado, fue capaz de encontrar un discípulo cuyo nombre era Milarepa. Pero entonces la tradición se interrumpió, no más discípulos de tan grade calibre pudieron encontrarse. Muchas veces la religión ha llegado a la Tierra y desaparecido. Una religión no puede volverse una Iglesia, una secta. Una religión depende de la comunicación personal, de la comunión personal. La religión de Tilopa existió por sólo cuatro generaciones, de Naropa a Milarepa. Entonces desapareció.
La religión es como un oasis: el desierto es vasto, algunas veces es pequeñas partes un oasis aparece. Mientras dura, búscalo. Mientras está ahí, bebe de él. Es muy raro.
Jesús dice frecuentemente a sus discípulos: “Un rato más estaré aquí. Y mientras esté, bebed de mí, comed de mí. No perdáis esta oportunidad”, porque entonces no encontrarás a un hombre como Jesús en miles de años. El desierto es vasto. El oasis algunas veces aparee y desaparece, pues viene de los desconocido y necesita un ancla en esta tierra. Si no hay un ancla, no pude permanecer aquí. Un Naropa es un ancla.
Lo mismo quisiera decirte: mientras estoy yo aquí, un rato más, no pierdas la oportunidad. Y la puedes perder en cosas triviales. Puedes estar ocupado con tonterías –basura mental. Puedes seguir pensando en favor o en contra, y el oasis se desvanecerá pronto; puedes seguir pensando: “más tarde”. Ahora bebe de él, porque después te quedarán muchas vidas para estar a favor o en contra, para eso no hay prisa. Pero mientras dura, bebe de él.
Una vez que estés embriagado con Jesús o con Naropa, serás totalmente trasformado. La trasformación es muy fácil y simple, es un proceso natural. Todo lo que se necesita es volverse tierra fértil y recibir la semilla. Ser una matriz y albergar la semilla. Siempre que un discípulo está listo, aparece el Maestro. Tiene que aparecer. Siempre que haya una profunda necesidad, tiene que ser satisfecha. La existencia entera responde a tu profunda necesidad, pero debe haber una necesidad. De otra manera puedes pasar ante Tilopa, Buda, Jesús y puede que ni siquiera veas ante quien pasaste.

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