lunes, abril 17, 2006

Hoy Me Saldré un Poco del Tema Central.

EL LADO OSCURO DE LAS DIVAS

Inaccesiblemente próximas e irracionalmente veneradas. Ambiciosas, geniales, excéntricas, soberbias y con destinos en la mayoría de los casos marcados por la fatalidad. Adicciones, malos tratos, depresiones, amores destructivos y enfermedades no perdonan a las divas de la música. Después de todo son humanas. Janis Joplin, Whitney Houston, Gloria Estefan, Tina Turner, Cher y Anastacia son ejemplos de auténticas reinas a quienes la vida les ha quebrado el alma por algún lado, unas veces de forma letal y otras enseñándolas a proyectar sobre su vida privada ese haz de energía, voluntad férrea y afán de superación que las encumbró en sus carreras. Es el anverso y el reverso de las diosas contemporáneas. Repasémoslas aquí.

EL LADO OSCURO DE LAS DIVAS. JANIS JOPLIN.

Tan innato era el talento para la música de Janis Joplin como precoces sus depresiones y adicciones al alcohol y las drogas. Es el anverso y el reverso de una de las figuras más emblemáticas de la historia de la música, que supuso el aplaudido intrusismo de una muchacha blanca en el mundo del blues, con una voz tan potente que continúa sobrecogiendo. La visceralidad extrema que derrochaba sobre el escenario era antagónica a su fragilidad en lo personal. Ambas la empujaron a una sistemática autodestrucción. La droga, el alcohol y la promiscuidad bisexual, unidas a la depresión vital a la que la desterraban los excesos con aquellas terminaron condenándola a una idilio letal con la heroína que terminaría cuando Janis tenía 27 años. Treinta años después sigue siendo una reina.

EL LADO OSCURO DE LAS DIVAS, WHITNEY HOUSTON.

Palizas y humillaciones sistemáticas de su marido Bobby Brown, affaires con cocaína y marihuana, anorexia, alcoholismo, detenciones policiales y un vacío en su carrera de cuatro años desataron los rumores. Un par de apariciones públicas en un estado físico y vocal lamentables, y la pérdida total de su rastro sugerían lo peor: Whitney Houston no volvería a ser vista con vida. Por suerte no ha sido así, y quien fuera una de las reinas indiscutibles de los 80 y 90 lanzó a finales del 2002 el que es su primer álbum con temas inéditos del siglo XXI: Just Whitney.
Aunque con las pupilas apagadas y algo más deteriorada a como el mundo la recordaba, la Houston ha vuelto. Sin embargo, dos cuestiones siguen en el aire, ¿qué la empujó a ese grado de autodestrucción? ¿ha logrado darle esquinazo? Después de todo ella es, amén de una diva, una mujer; ya lo dice ella: "simplemente Whitney".

Adicta al sexo por las drogas.
La hermana de Bobby Brown, marido de Whitney Houston, se ha propuesto destapar todos los trapos de la cantante, obviamente previo pago. Si la semana pasada estremecía a todos con los problemas de drogodependencia de la cantante, esta semana desvela que cuando Whitney estaba drogada se convertía en una ninfómana. Según la cuñada, los efectos que han ejercido las drogas sobre Whitney van más allá de su deterioro físico y psicológico, además la han convertido en una adicta al sexo. Se basa para afirmarlo en las confesiones que le ha hecho su hermano Bobby, esposo de Whitney, quien le contó que la cantante frecuentaba muchos hombres.

EL LADO OSCURO DE LAS DIVAS. GLORIA ESTEFAN.

La constancia, el afán de superación, una férrea voluntad y la mirada clavada en una meta, amén de talento y algo de carisma, son esenciales para quienes quieren triunfar en cualquier campo, sobre todo en el artístico. También en el de la supervivencia. Gloria Estefan es la prueba: más de una década tardó en hacerse un hueco en las listas de éxitos, y cuando saboreaba sus mieles un coche se estrella contra el autobús en el que viajaba durante una gira y que casi la deja postrada en una silla de ruedas. "Me reía el día del accidente haciendo chistes con el doctor, sugiriéndole que me metiera un par de vértebras más para ser más alta". Con ese espíritu afrontó el reto de caminar de nuevo. Y lo logró. Y no sólo eso, sino que retomó su carrera donde la tuvo que dejar: en lo más alto. Dos premios Grammy y más de cincuenta discos de platino dan fe de ello. Toda su trayectoria también.

EL LADO OSCURO DE LAS DIVAS. TINA TURNER.

No es extraño que la vida de la abuela del rock haya sido llevada al celuloide. Porque a sus 64 años Tina Turner tiene un pasado más que intenso: a finales de los años 50 conoció al que sería su marido, su promotor y su cruz, Ike Turner. Tras veinte años de explotación, vejaciones y palizas continuas Tina abandonó a Ike y, con sus cuatro hijos a cuestas, actúa en cabarets y salas nocturnas para sobrevivir. Pero en los 80 logra ser telonera de los Rolling Stones y su vida pega un giro: la fuerza salvaje de este animal escénico, entumecida a golpes durante años, revienta en cada actuación y el mundo se postra a sus tacones y minifaldas de vértigo. Y sigue cosechando éxitos: es una diva con letras mayúsculas.

EL LADO OSCURO DE LAS DIVAS, CHER.

"Vayamos por partes" dicen que escribió en sus diarios Jack el Destripador. Y ese parece haber sido el camino elegido por Cherilyn Sarkisian LaPierre. Porque Cher, otra de las divas del pasado siglo y del entrante ostenta, además de éxitos en su carrera artística (tanto en la música como en el cine), otro cetro regio: el récord de visitas a clínicas de cirugía estética durante décadas. Liposucciones, injertos de silicona, pómulos, liftings, extirpación de costillas... se lo ha puesto y quitado todo. Nunca la frase "se ha hecho a sí misma" encajó tan bien en una mujer. Y está divina a sus 57 años. Que una cosa es el estropicio de, por ejemplo, Michael Jackson o el que en su día hicieran a nuestra duquesa de Alba, y otra conseguir a golpe de bisturí que Cher atraviese las décadas como si tal cosa. Ella parece radiante y segura pero, ¿es feliz quien voluntariamente pasa por quirófano más de cincuenta veces? ¿A quién verá Cher al otro lado del espejo? ¿Logrará desengancharse de la cirugía?

EL LADO OSCURO DE LAS DIVAS. ANASTACIA.

Si el amor destructivo, las adicciones, las depresiones, la obsesión con el cuerpo perfecto no respetan a las Divas, la ausencia de salud no iba a ser menos. "La enfermedad ha abierto una ventana a mis emociones, lo cual me provoca vivir a cada momento más intensamente". Así respondía Anastacia sobre su forma de afrontar la enfermedad de Crohn que padece desde la infancia. Esta infección crónica del intestino no ha impedido que llegue a donde quería en la música a sus 29 años y ser mundialmente reconocida como la rubia de voz negra. Sin embargo, su salud le ha echado un nuevo pulso el mes pasado con el diagnóstico de un cáncer de mama: quirófano y quimioterapia aguardan a esta luchadora nata dispuesta a machacar al tumor. Y sus incondicionales continúan disfrutando de su derroche de voz en Freak of Nature en espera del próximo álbum. Ellos no dudan que lo habrá.

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