¿Dónde comienzo?
La actual crisis del sistema financiero bursátil mundial es tan intrincado que cualquiera sea la hebra por la que comencemos, nos llevará a comprobar ineludiblemente que la frase “Todo es Uno” es la pura verdad. Pero por más que se insita en este punto, lo cierto es que la causa es una sola: el afán de lucro por sobre cualquier otra consideración ética o moral, y ese es el tema que ninguna de las sesudas columnas que he leído siquiera ha rozado en nombrar.
La forma más simple que se me ocurre para ejemplificar con un hecho cotidiano esta crisis es la de comparar la economía con el juego infantil conocido en Chile como “corre el anillo”. La debacle de las bolsas es el intento por saber donde quedó el anillo. Desde ya advierto que el “anillo” desapareció. La pregunta es, ¿quién se lo llevó “para la casa”? Ahora, todos aquellos a quienes les habían prometido el “anillo” están reclamando su devolución, ergo, no hay tanta plata para pagarles a todos. He ahí el origen de todas las “burbujas” financiero bursátiles del mundo. Alguien quiere ganar más de lo que “se” podía y convence a muchos de que realmente “se” puede ganar más de lo normal. Cuando la mentira está a punto de ser descubierta (la burbuja está a punto de ser pinchada), vende todo y se va “para la casa”.
Ni siquiera he debido investigar demasiado el tema, pues el exceso de información (desinformación) disponible hizo que me bastara comprar algunos diarios para saber los procesos básicos que articularon esta crisis económica mundial. Lo que nadie dice es que esta crisis se viene intentando evitar hace más de un año (la primera noticia que tengo de ella proviene del análisis de la caída de las bolsas chinas a comienzo del 2007). Si no han logrado detenerla en todo este tiempo, ¿lo harán una o dos medidas desesperadas? Esa es la lectura que hago de las medidas de Bush júnior y creo que es la misma que hicieron “los mercados mundiales”, tal como les gusta decir a economistas y periodistas. Las bolsas sólo pueden seguir cayendo.
Nadie quiere develar que la economía se basa en la avaricia, pues sería admitir el “pecado original” del sistema económico. La ley no escrita, pero consabida por todos y, por ese mismo hecho, más poderosa, se podría resumir así: “El de atrás paga”. Con el de atrás me refiero al último que compró los “papeles” (acciones, bonos, etc.). El hecho es tan evidente que todos los medios lo ocultan para que las masas de personas desinformadas e indefensas, las únicas verdaderamente afectadas, no emprendan acciones contra los estados que amparan su depredación.
Para demostrar lo antes dicho basta con que nos fijemos en el sólo hecho de que la actual crisis (muchísimo más profunda de lo que todos los analistas dicen) estalló por la morosidad de los créditos “subprime”. Es decir, lo mismo que acá se denomina “deudores habitacionales”, que, al igual que los estadounidenses, son morosos. La pregunta clave es: ¿Por qué les prestaron tanta plata los grandes inversores transnacionales a gente que tenía precarios trabajos (subempleos) y sabían que no les pagarían? Perdónenme el pleonasmo, pero la respuesta es de Perogrullo, pues eran los intereses más ‘interesantes’ del mercado financiero mundial.
“La teoría económica moderna” (esta maldita frase se repite día tras día en todos los medios) dice que “hay” que cobrarle más caro el préstamo a aquella persona que se sabe que le será más difícil pagarlo, como compensación al ‘riesgo’(otra palabra repetida hasta la náusea) de que no le devuelva “su” dinero al prestamista. Lo interesante es que estos prestamos “subprime” siempre han existido, la pregunta es, entonces, ¿por qué recién ahora son EL origen de la más grande crisis económica en 30 años? Porque tras el reventón de la “burbuja” de las “punto com” y la “crisis asiática”, se convirtió en el sector de la economía mundial que más ganancias podía dar.
La avaricia de los que no se contentaban con el clásico 4% de ganancias anuales sin hacer otra cosa que depositar sus miles de millones de dólares en el banco, infló desmesuradamente la disponibilidad de dinero para ser utilizado en dichos préstamos. El explosivo aumento del acceso al crédito hipotecario hizo que millones de familias, que antes no podían ni soñar con tener casa propia ahora la tuvieran. Así se revirtió la recesión “suave” del 2001, post 11/S y EE.UU. volvió a crecer a tasas ‘decentes’. El problema es que cientos de miles de obreros perdieron su trabajo en estos años, ya sea por el traslado de su fábrica a un lugar más barato (extremo oriente) o la empresa infló su resultados y, al ser descubierta, quebró (Enron y el resto) o llegaron demasiado inmigrantes, etc., con lo cual no tuvieron plata para seguir pagando. Como ocurre siempre, “pan para hoy, hambre para mañana”.
Lo gracioso es que “se” pensaba, entre los economistas, que China estaba “desacoplada” de esta crisis. No sólo no le afectaría, sino que seguiría creciendo gracias a su gran mercado interno, con lo cual esta recesión sólo sería de EE.UU. y no mundial. Pero me acabo de enterar, gracias al decano de la facultad de economía de la U. de Chile, que China está perdida. La razón es muy sencilla, en su columna del diario El Mercurio de Stgo., del 22 de enero recién pasado (pág.8, cuerpo B), reveló la pieza del dominó que faltaba para saber a donde nos conduce. Cito textual, para que no se crea que son interpretaciones mías (exageraciones sin fundamento de que alguien que no es doctorado en Harvard, como nuestro ministro de hacienda): “...el Banco de China acaba de anunciar severas pérdidas por inversiones realizadas en instrumentos vinculados a los mercados de hipotecas subprime en EE.UU. Algunos analistas sostienen que los inversionistas internacionales que han puesto recursos en los mercados chinos son los mismos que los que lo (sic) hacen en EE.UU., Europa o Japón, y que ellos han liquidado inversiones en China para hacer frente a las pérdidas en estos otros mercados. Y si China se ve afectada, otra es la historia. El nuevo gigante oriental explica un cuarto del crecimiento mundial (25%) y consume el 35% del carbón del planeta, el 23% del cobre, el 20% del aluminio, el 29% del acero y el 10% del petróleo”.
Pero aún hay más, un poco antes escribió: “Las exportaciones chinas son casi un 40% del PIB y sus principales mercados son justamente EE.UU., Japón y Europa”. Lo más gracioso es que los datos aportados por él mismo contradicen sus conclusiones. China YA está afectada por esta crisis y, nada menos, que por partida triple. Me explico.
No es difícil deducir las consecuencias de lo dicho por el académico: su principal banco perdió mucha plata por prestarla a los que se la prestaron a los subprime. Más encima, lo inversores transnacionales sacaron su plata de China y los mercados a los que exporta están en crisis y le comprarán menos. Dicha baja de sus exportaciones afectará fuertemente su PIB y su mercado interno no será capaz de revertir por sí mismo.
Dos páginas más adelante, en la misma edición, aparece una nota muy interesante extractada del Wall Street Journal que viene a confirmar lo antes dicho. Con el siguiente titulo: “La recesión en EE.UU. sería más profunda que en 1991 y 2001”, no hay que ser un genio de las finanzas para saber lo mal que nos irá de aquí en adelante.
¿La causa? La disminución sostenida del consumo en los últimos meses del año pasado, el costado superior derecho de la nota, aparece un hermoso gráfico mostrando la caída del “Índice de los Principales Indicadores Económicos”. En palabras simples, todo peor de lo que “se” creía. La pregunta es ¿quién creía que las economía estaba mejor? Al menos yo no. Nuevamente, cito textual: “La combinación de fuertes cargas de deuda, los altos precios de la energía y los alimentos y un mercado laboral que se debilita ha llevado a que los hogares estadounidenses se ajusten el cinturón. El consumo, que durante mucho tiempo ha sido un motor de la economía, se está tambaleando”. Sería más honesto, e intelectualmente acertado, decir que el motor se paró.
Entonces, ¿a quien le van a vender todas sus chucherías tecnológicas los chinos si todos los mercados a los que el decano de economía del Chile están con la misma crisis? Ningún estadounidense, europeo o nipón, muerto de frío (por el crudo invierno que están pasando), a punto de perder su casa por la impagable deuda hipotecaria va a dejar de comer por comprar DVDs, celulares y el resto de las chucherías tecnológicas con que China inunda el mundo y explican su meteórico crecimiento económico que en una década la posicionó como la tercera economía del mundo.
El tercer frente no lo sé por este diario, sino por una edición de La Tercera del miércoles 28 de febrero del 2007, donde se analizaba la caída de las bolsas chinas y la profecía sobre la recesión en EE.UU. que habia hecho Alan Greenspan, ex presidente del Fed. En un pequeño párrafo se afirmaba que los fondos de pensiones chinos habían comprado la pequeña cifra de un billón de dólares en bonos del tesoro estadounidense. ¿Qué significa esto? Que cuando EE.UU. ya no pueda ocultar más su recesión, los ahorrantes chinos terminarán de perder gran parte de sus pensiones de vejez, por el menor valor de los papeles en que los invirtieron. La misma situación que está sucediendo en los famosos “multifondos” de nuestras AFPs. En la edición del 11-03-2007 aparece la primera noticia la crisis subprime que tengo, para ese entonces, una sola firma había colocado más de US$ 650 mil millones en créditos subprime. Tomando en cuenta que son varias de las instituciones más grandes del mundo las que están seriamente involucradas en esta crisis, ¿qué representan los US$ 150 mil millones anunciados por Bush? ¡Una aspirina!
Sólo con esos antecedentes ya “se” sabía que la crisis era inevitable. Greenspan sólo había equivocado en un mes su predicción. Creo que los movimientos por intentar ocultarla fueron precisamente para intentar desacreditar a este “agorero del fracaso”. Pero no se puede tapar el sol con un dedo. Toda esa información la publiqué en este mismo blog en marzo del año pasado.
Todo indica que, contrariamente a lo dicho en todos los medios noticiosos, no es que no se sepa el tamaño del “hoyo” dejado por estas inescrupulosas especulaciones financieras, sino que es tan grande que ya no se podía seguir ocultándolo, como tan bien lo venían haciendo, al menos, hace 7 años. Nuevamente: ¿Podrá repararse en seis meses el mal causado en 7 años?
La crisis que presenciamos no es más que la activación de una bomba de tiempo que todos sabían los actores relevantes en el mercado que iba a estallar tarde o temprano. Los que ahora dicen que no sabían se están haciendo los locos. Si estalló en la cara de muchos, es por la sencilla razón de que había que ‘hacer tiempo’, hasta rescatar los capitales de los inversores transnacionales y reemplazarlos por el de todos los “ciudadanos de a pie”. La misma razón explica la caída de la bolsa chilena, ya que las AFPs habían comprado más acciones de las que la ley autorizaba, al tener que venderlas, inevitablemente bajaron de valor, por “sobre oferta”.
En síntesis, EE.UU., en vez de ser “el motor de la economía mundial” (como mentirosamente insiste la Condolencia que da Risa) al representar el 25% de la economía mundial (como dice el consenso en los medios), se ha convertido en el agujero negro que está a punto de tragarse la economía mundial en un efecto dominó que no se veía hace décadas. Varios indicadores ya están en niveles que no se veían desde la recesión del ’82 y eso que ahora no hay restricciones de petróleo.
Todo por el inescrupulosa e insensata explotación de la aspiración a la “casa propia”. La economía no es una cuestión ‘técnica’, sino ética. Quien diga lo contrario miente. El ‘inventor’ de la teoría economía “clásica” era un filósofo moral.
Más que una recesión, está configurándose una Depresión, dada la caída simultánea de todos los mercados del “mundo desarrollado”. Europa vive su propia crisis subprime y “Japón fue el ejemplo más extremo, ya que la incapacidad del país de juzgar de manera apropiada la perdidas del colapso bursátil e inmobiliario de inicios de los 90 llevó a ‘una década perdida’ en crecimiento”, sostiene el mismo articulo del WSJ.
Señoras y señores, prepárense a saltar de esta montaña rusa, porque estamos en caída libre y no hay más rieles por delante. Los US$ 150 mil millones que está dispuesto a entregar la Fed (símil de nuestro Banco Central) y su rebaja de la tasa de interés, sólo indican que es más grande de lo que están dispuestos a admitir. Ya hay algunos analistas que tímidamente coinciden con mi parecer. Juan Andrés Fontaine, presidente de la bolsa electrónica chilena, entrevistado por El Mercurio de Stgo. (23-1-2008, B6), dijo: “La medida de la Fed es preventiva, pero también puede ser vista como una maniobra desesperada”. De otra forma, ¿cómo se explica que el Banco Central de EE.UU., tan “manito de guagua”, suelte tanta plata de la noche a la mañana?
Podrán bajar los intereses todo lo que quieran (Japón los tuvo cercanos al 0% mucho tiempo). Podrán haber frenado la caída, por ahora, pero no nada la parará. De hecho, en el mismo diario sólo dos paginas antes, aparece un pequeño recuadro que citare textualmente: “El multimillonario estadounidense –de origen húngaro– George Soros, dijo que la crisis financiera que se vive, reflejada en el desplome de las bolsas internacionales, es la peor registrada desde la Segunda Guerra Mundial. En entrevista con el diario ‘Der Standard’, anunció que EE.UU. está amenazado por una recesión que podría contagiar a Europa, aunque no haya conciencia de eso en aquel continente”. Para rematar la idea, contiguo al recuadro con dicha opinión, aparece una noticia más clara todavía: “China... ahora planea echar mano a sus reservas ”
A partir del otoño austral, la tormenta ferpecta golpeará nuestros hogares, porque EE.UU., China y Europa comprarán menos exportaciones de Chile, la crisis de la energía y los alimentos recrudecerán, volviéndose estructurales, tal como el desempleo. El empleo es lo primero que cae cada vez que las exportaciones sufren algún revés. Nuestros empresarios son tan egoístas como los transnacionales y su miopía moral nos condenó a la pobreza eterna. De ahí que las movilizaciones de los trabajadores aumentarán, pero como los empresarios ya presionaron a la “gordi”, su vocero ya nos advirtió que el Estado chileno será más policíaco que en tiempos de pinocho. La gente no es violenta, el hambre generalizada es la peor violencia.
Aninat dijo que Chile estaba “blindado” antes de la crisis asiática hace una década, ahora Velasco dice que la “baja de la marea” no nos sacará el traje de baño. En invierno veremos que por más puesto que lo tengamos, el mejor traje de baño es insuficiente. La historia siempre vuelve a repetirse. La inconsciencia general así lo permite. No será como la del ’30, pero será el mejor adelanto de la Depresión Final, pronosticada para el 2011-12.
Todo está conectado con todo, si cae uno, caemos todos. El peor escenario se ha hecho realidad. Quien sostenga lo contrario, está mintiendo para obtener una espuria ganancia a costa de los crédulos y desinformados. Por último, recordemos que la baja en la tasa de interés de la Fed terminó por hacer caer el precio del dólar en Chile. ¡No me ayude tanto compadre! Para salvarse, a EE.UU. no le importa perjudicar a terceros, incluso a sí mismo en un futuro no muy lejano.
La actual crisis del sistema financiero bursátil mundial es tan intrincado que cualquiera sea la hebra por la que comencemos, nos llevará a comprobar ineludiblemente que la frase “Todo es Uno” es la pura verdad. Pero por más que se insita en este punto, lo cierto es que la causa es una sola: el afán de lucro por sobre cualquier otra consideración ética o moral, y ese es el tema que ninguna de las sesudas columnas que he leído siquiera ha rozado en nombrar.
La forma más simple que se me ocurre para ejemplificar con un hecho cotidiano esta crisis es la de comparar la economía con el juego infantil conocido en Chile como “corre el anillo”. La debacle de las bolsas es el intento por saber donde quedó el anillo. Desde ya advierto que el “anillo” desapareció. La pregunta es, ¿quién se lo llevó “para la casa”? Ahora, todos aquellos a quienes les habían prometido el “anillo” están reclamando su devolución, ergo, no hay tanta plata para pagarles a todos. He ahí el origen de todas las “burbujas” financiero bursátiles del mundo. Alguien quiere ganar más de lo que “se” podía y convence a muchos de que realmente “se” puede ganar más de lo normal. Cuando la mentira está a punto de ser descubierta (la burbuja está a punto de ser pinchada), vende todo y se va “para la casa”.
Ni siquiera he debido investigar demasiado el tema, pues el exceso de información (desinformación) disponible hizo que me bastara comprar algunos diarios para saber los procesos básicos que articularon esta crisis económica mundial. Lo que nadie dice es que esta crisis se viene intentando evitar hace más de un año (la primera noticia que tengo de ella proviene del análisis de la caída de las bolsas chinas a comienzo del 2007). Si no han logrado detenerla en todo este tiempo, ¿lo harán una o dos medidas desesperadas? Esa es la lectura que hago de las medidas de Bush júnior y creo que es la misma que hicieron “los mercados mundiales”, tal como les gusta decir a economistas y periodistas. Las bolsas sólo pueden seguir cayendo.
Nadie quiere develar que la economía se basa en la avaricia, pues sería admitir el “pecado original” del sistema económico. La ley no escrita, pero consabida por todos y, por ese mismo hecho, más poderosa, se podría resumir así: “El de atrás paga”. Con el de atrás me refiero al último que compró los “papeles” (acciones, bonos, etc.). El hecho es tan evidente que todos los medios lo ocultan para que las masas de personas desinformadas e indefensas, las únicas verdaderamente afectadas, no emprendan acciones contra los estados que amparan su depredación.
Para demostrar lo antes dicho basta con que nos fijemos en el sólo hecho de que la actual crisis (muchísimo más profunda de lo que todos los analistas dicen) estalló por la morosidad de los créditos “subprime”. Es decir, lo mismo que acá se denomina “deudores habitacionales”, que, al igual que los estadounidenses, son morosos. La pregunta clave es: ¿Por qué les prestaron tanta plata los grandes inversores transnacionales a gente que tenía precarios trabajos (subempleos) y sabían que no les pagarían? Perdónenme el pleonasmo, pero la respuesta es de Perogrullo, pues eran los intereses más ‘interesantes’ del mercado financiero mundial.
“La teoría económica moderna” (esta maldita frase se repite día tras día en todos los medios) dice que “hay” que cobrarle más caro el préstamo a aquella persona que se sabe que le será más difícil pagarlo, como compensación al ‘riesgo’(otra palabra repetida hasta la náusea) de que no le devuelva “su” dinero al prestamista. Lo interesante es que estos prestamos “subprime” siempre han existido, la pregunta es, entonces, ¿por qué recién ahora son EL origen de la más grande crisis económica en 30 años? Porque tras el reventón de la “burbuja” de las “punto com” y la “crisis asiática”, se convirtió en el sector de la economía mundial que más ganancias podía dar.
La avaricia de los que no se contentaban con el clásico 4% de ganancias anuales sin hacer otra cosa que depositar sus miles de millones de dólares en el banco, infló desmesuradamente la disponibilidad de dinero para ser utilizado en dichos préstamos. El explosivo aumento del acceso al crédito hipotecario hizo que millones de familias, que antes no podían ni soñar con tener casa propia ahora la tuvieran. Así se revirtió la recesión “suave” del 2001, post 11/S y EE.UU. volvió a crecer a tasas ‘decentes’. El problema es que cientos de miles de obreros perdieron su trabajo en estos años, ya sea por el traslado de su fábrica a un lugar más barato (extremo oriente) o la empresa infló su resultados y, al ser descubierta, quebró (Enron y el resto) o llegaron demasiado inmigrantes, etc., con lo cual no tuvieron plata para seguir pagando. Como ocurre siempre, “pan para hoy, hambre para mañana”.
Lo gracioso es que “se” pensaba, entre los economistas, que China estaba “desacoplada” de esta crisis. No sólo no le afectaría, sino que seguiría creciendo gracias a su gran mercado interno, con lo cual esta recesión sólo sería de EE.UU. y no mundial. Pero me acabo de enterar, gracias al decano de la facultad de economía de la U. de Chile, que China está perdida. La razón es muy sencilla, en su columna del diario El Mercurio de Stgo., del 22 de enero recién pasado (pág.8, cuerpo B), reveló la pieza del dominó que faltaba para saber a donde nos conduce. Cito textual, para que no se crea que son interpretaciones mías (exageraciones sin fundamento de que alguien que no es doctorado en Harvard, como nuestro ministro de hacienda): “...el Banco de China acaba de anunciar severas pérdidas por inversiones realizadas en instrumentos vinculados a los mercados de hipotecas subprime en EE.UU. Algunos analistas sostienen que los inversionistas internacionales que han puesto recursos en los mercados chinos son los mismos que los que lo (sic) hacen en EE.UU., Europa o Japón, y que ellos han liquidado inversiones en China para hacer frente a las pérdidas en estos otros mercados. Y si China se ve afectada, otra es la historia. El nuevo gigante oriental explica un cuarto del crecimiento mundial (25%) y consume el 35% del carbón del planeta, el 23% del cobre, el 20% del aluminio, el 29% del acero y el 10% del petróleo”.
Pero aún hay más, un poco antes escribió: “Las exportaciones chinas son casi un 40% del PIB y sus principales mercados son justamente EE.UU., Japón y Europa”. Lo más gracioso es que los datos aportados por él mismo contradicen sus conclusiones. China YA está afectada por esta crisis y, nada menos, que por partida triple. Me explico.
No es difícil deducir las consecuencias de lo dicho por el académico: su principal banco perdió mucha plata por prestarla a los que se la prestaron a los subprime. Más encima, lo inversores transnacionales sacaron su plata de China y los mercados a los que exporta están en crisis y le comprarán menos. Dicha baja de sus exportaciones afectará fuertemente su PIB y su mercado interno no será capaz de revertir por sí mismo.
Dos páginas más adelante, en la misma edición, aparece una nota muy interesante extractada del Wall Street Journal que viene a confirmar lo antes dicho. Con el siguiente titulo: “La recesión en EE.UU. sería más profunda que en 1991 y 2001”, no hay que ser un genio de las finanzas para saber lo mal que nos irá de aquí en adelante.
¿La causa? La disminución sostenida del consumo en los últimos meses del año pasado, el costado superior derecho de la nota, aparece un hermoso gráfico mostrando la caída del “Índice de los Principales Indicadores Económicos”. En palabras simples, todo peor de lo que “se” creía. La pregunta es ¿quién creía que las economía estaba mejor? Al menos yo no. Nuevamente, cito textual: “La combinación de fuertes cargas de deuda, los altos precios de la energía y los alimentos y un mercado laboral que se debilita ha llevado a que los hogares estadounidenses se ajusten el cinturón. El consumo, que durante mucho tiempo ha sido un motor de la economía, se está tambaleando”. Sería más honesto, e intelectualmente acertado, decir que el motor se paró.
Entonces, ¿a quien le van a vender todas sus chucherías tecnológicas los chinos si todos los mercados a los que el decano de economía del Chile están con la misma crisis? Ningún estadounidense, europeo o nipón, muerto de frío (por el crudo invierno que están pasando), a punto de perder su casa por la impagable deuda hipotecaria va a dejar de comer por comprar DVDs, celulares y el resto de las chucherías tecnológicas con que China inunda el mundo y explican su meteórico crecimiento económico que en una década la posicionó como la tercera economía del mundo.
El tercer frente no lo sé por este diario, sino por una edición de La Tercera del miércoles 28 de febrero del 2007, donde se analizaba la caída de las bolsas chinas y la profecía sobre la recesión en EE.UU. que habia hecho Alan Greenspan, ex presidente del Fed. En un pequeño párrafo se afirmaba que los fondos de pensiones chinos habían comprado la pequeña cifra de un billón de dólares en bonos del tesoro estadounidense. ¿Qué significa esto? Que cuando EE.UU. ya no pueda ocultar más su recesión, los ahorrantes chinos terminarán de perder gran parte de sus pensiones de vejez, por el menor valor de los papeles en que los invirtieron. La misma situación que está sucediendo en los famosos “multifondos” de nuestras AFPs. En la edición del 11-03-2007 aparece la primera noticia la crisis subprime que tengo, para ese entonces, una sola firma había colocado más de US$ 650 mil millones en créditos subprime. Tomando en cuenta que son varias de las instituciones más grandes del mundo las que están seriamente involucradas en esta crisis, ¿qué representan los US$ 150 mil millones anunciados por Bush? ¡Una aspirina!
Sólo con esos antecedentes ya “se” sabía que la crisis era inevitable. Greenspan sólo había equivocado en un mes su predicción. Creo que los movimientos por intentar ocultarla fueron precisamente para intentar desacreditar a este “agorero del fracaso”. Pero no se puede tapar el sol con un dedo. Toda esa información la publiqué en este mismo blog en marzo del año pasado.
Todo indica que, contrariamente a lo dicho en todos los medios noticiosos, no es que no se sepa el tamaño del “hoyo” dejado por estas inescrupulosas especulaciones financieras, sino que es tan grande que ya no se podía seguir ocultándolo, como tan bien lo venían haciendo, al menos, hace 7 años. Nuevamente: ¿Podrá repararse en seis meses el mal causado en 7 años?
La crisis que presenciamos no es más que la activación de una bomba de tiempo que todos sabían los actores relevantes en el mercado que iba a estallar tarde o temprano. Los que ahora dicen que no sabían se están haciendo los locos. Si estalló en la cara de muchos, es por la sencilla razón de que había que ‘hacer tiempo’, hasta rescatar los capitales de los inversores transnacionales y reemplazarlos por el de todos los “ciudadanos de a pie”. La misma razón explica la caída de la bolsa chilena, ya que las AFPs habían comprado más acciones de las que la ley autorizaba, al tener que venderlas, inevitablemente bajaron de valor, por “sobre oferta”.
En síntesis, EE.UU., en vez de ser “el motor de la economía mundial” (como mentirosamente insiste la Condolencia que da Risa) al representar el 25% de la economía mundial (como dice el consenso en los medios), se ha convertido en el agujero negro que está a punto de tragarse la economía mundial en un efecto dominó que no se veía hace décadas. Varios indicadores ya están en niveles que no se veían desde la recesión del ’82 y eso que ahora no hay restricciones de petróleo.
Todo por el inescrupulosa e insensata explotación de la aspiración a la “casa propia”. La economía no es una cuestión ‘técnica’, sino ética. Quien diga lo contrario miente. El ‘inventor’ de la teoría economía “clásica” era un filósofo moral.
Más que una recesión, está configurándose una Depresión, dada la caída simultánea de todos los mercados del “mundo desarrollado”. Europa vive su propia crisis subprime y “Japón fue el ejemplo más extremo, ya que la incapacidad del país de juzgar de manera apropiada la perdidas del colapso bursátil e inmobiliario de inicios de los 90 llevó a ‘una década perdida’ en crecimiento”, sostiene el mismo articulo del WSJ.
Señoras y señores, prepárense a saltar de esta montaña rusa, porque estamos en caída libre y no hay más rieles por delante. Los US$ 150 mil millones que está dispuesto a entregar la Fed (símil de nuestro Banco Central) y su rebaja de la tasa de interés, sólo indican que es más grande de lo que están dispuestos a admitir. Ya hay algunos analistas que tímidamente coinciden con mi parecer. Juan Andrés Fontaine, presidente de la bolsa electrónica chilena, entrevistado por El Mercurio de Stgo. (23-1-2008, B6), dijo: “La medida de la Fed es preventiva, pero también puede ser vista como una maniobra desesperada”. De otra forma, ¿cómo se explica que el Banco Central de EE.UU., tan “manito de guagua”, suelte tanta plata de la noche a la mañana?
Podrán bajar los intereses todo lo que quieran (Japón los tuvo cercanos al 0% mucho tiempo). Podrán haber frenado la caída, por ahora, pero no nada la parará. De hecho, en el mismo diario sólo dos paginas antes, aparece un pequeño recuadro que citare textualmente: “El multimillonario estadounidense –de origen húngaro– George Soros, dijo que la crisis financiera que se vive, reflejada en el desplome de las bolsas internacionales, es la peor registrada desde la Segunda Guerra Mundial. En entrevista con el diario ‘Der Standard’, anunció que EE.UU. está amenazado por una recesión que podría contagiar a Europa, aunque no haya conciencia de eso en aquel continente”. Para rematar la idea, contiguo al recuadro con dicha opinión, aparece una noticia más clara todavía: “China... ahora planea echar mano a sus reservas ”
A partir del otoño austral, la tormenta ferpecta golpeará nuestros hogares, porque EE.UU., China y Europa comprarán menos exportaciones de Chile, la crisis de la energía y los alimentos recrudecerán, volviéndose estructurales, tal como el desempleo. El empleo es lo primero que cae cada vez que las exportaciones sufren algún revés. Nuestros empresarios son tan egoístas como los transnacionales y su miopía moral nos condenó a la pobreza eterna. De ahí que las movilizaciones de los trabajadores aumentarán, pero como los empresarios ya presionaron a la “gordi”, su vocero ya nos advirtió que el Estado chileno será más policíaco que en tiempos de pinocho. La gente no es violenta, el hambre generalizada es la peor violencia.
Aninat dijo que Chile estaba “blindado” antes de la crisis asiática hace una década, ahora Velasco dice que la “baja de la marea” no nos sacará el traje de baño. En invierno veremos que por más puesto que lo tengamos, el mejor traje de baño es insuficiente. La historia siempre vuelve a repetirse. La inconsciencia general así lo permite. No será como la del ’30, pero será el mejor adelanto de la Depresión Final, pronosticada para el 2011-12.
Todo está conectado con todo, si cae uno, caemos todos. El peor escenario se ha hecho realidad. Quien sostenga lo contrario, está mintiendo para obtener una espuria ganancia a costa de los crédulos y desinformados. Por último, recordemos que la baja en la tasa de interés de la Fed terminó por hacer caer el precio del dólar en Chile. ¡No me ayude tanto compadre! Para salvarse, a EE.UU. no le importa perjudicar a terceros, incluso a sí mismo en un futuro no muy lejano.