viernes, marzo 12, 2010

UN MENSAJE DESDE LA SÈPTIMA REGIÓN

Por favor, a mi no me manden más estos mensajes. Soy peridista y estuve en Curanipe, Pelluhue, Constitución. Lo que me tocó ver fue que pasada la ira de la naturaleza, los rostros insomnes de la gente de Constitución se fundían en el cansancio de los sonámbulos en constante tránsito. Los perros vagabundos, embetunados en el barro forcejeaban jugando y se mezclaban con los labradores de la Policía de Investigaciones, sabuesos en búsqueda de carne humana en descomposición.El martes después del terremoto, amaneció con sol y la huella de podredumbre que venía de abajo de los maderos, clavos, terrones de barro, comzaba a hacerse más fuerte y el trabajo de los caninos más fácil. En la Plaza de Armas, un tipo lloraba a alguien con rabia. A tres días del terremoto y tsunami, la gente acá aún no despertaba, porque desde ese día no habían dormido. Querían estar aquí, sin irse de nuevo y perderse en el mar nocturno.
Ya ha llegado algo de ayuda, la gente se ha tranquilizado algo. Yo creo en la espiritualidad, estudie toda mi vida en un colegio Waldorf, pero te digo que esto que escriben no sólo raya en el simplismo, sino que cae en la indolencia e insensibilidad. Todo escondido detrás de lo mismo, de sensibilidad y de intentar encontrarle un sentido a todo, ver belleza donde no la hay, como las religiones, como los fanáticos. Hay veces que nos perdemos, que no hay soluciones, y las que hay están mucho más a la mano, acá en la tierra, ensuciándose las palmas, sufriendo el desaliento, yendo a los lugares y no sólo conectando las mentes en una cruzada de amor. Quizás de ahí, de la destrucción nace la construcción, de las cenizas, normalmente es así, pero no estamos en eso, y no somos dioses, tampoco creo que ustedes lo sean ni tengan un contacto más cercano con la divinidad y el amor.
Así que por favor, ni un mensaje más

No hay comentarios.: